Desde que nació el 15-M en mayo de 2011, la ciudadanía se encontró de golpe que podían hacer algo más que votar cada cuatro años o unirse a las huelgas convocadas por los sindicatos para intentar influir en las decisiones políticas de su país: podían manifestarse públicamente y como ciudadanos independientes en pro de unos objetivos comunes para todos.
Así, poco a poco, los distintos colectivos se han ido organizando para intentar plantar cara a los recortes y a la difícil situación económica en la que nos encontramos, y en la peor que nos están sumergiendo; también están sirviendo para manifestar el descontento ante la desfachatez, la corrupción y el comportamiento prácticamente "psicópata" (en el sentido de la falta de empatía) de un número importante de los políticos de este país, así como de la Casa Real y de los grandes Tribunales de Justicia (el Supremo y el Constitucional).
Mareas de todos los colores y plataformas y asociaciones han surgido a lo largo de más de dos años, así como los colectivos de distintos sectores laborales y los parados. Y pese a que parezcan desunidos, en distintos conflictos, no en pocas ocasiones se han manifestado todos juntos, conocedores de que los destinos de unos y otros son los mismos.
Ahora bien, parece que estas manifestaciones tienen poca o ninguna reacción en los políticos. En caso de que alguna manifestación se complique lanzan a la policía para que la disuelvan empleando métodos eminentemente violentos y se acabó. Luego, la propaganda de los grandes medios de comunicación, en manos de los grandes capitales nacionales e internacionales, los verdaderos amos; hace el resto: los medios de derechas tildan directamente de violentos y antisistema a los manifestantes, y los de izquierda no los condenan pero tampoco los defienden. Y eso cuando se hacen eco de las manifestaciones.
Pese a que se ha demostrado de manera explícita que los "violentos" de las manifestaciones son infiltrados de la propia policía [1, 2, 3, 4, 5] y que el propio secretario general del Sindicato Unificado de Policía lo haya reconocido [6], el mensaje acaba calando en la gente por puro bombardeo propagandístico de los grandes medios, que son los únicos a los que accede la mayoría de la población.
Además, tenemos un problema, aunque no lo queramos reconocer, y es que exceptuando en las grandes capitales, la mayoría de las manifestaciones tienen poca capacidad de reunión.
Ejemplo: ayer se celebró una manifestación por el Empelo para la Bahía de Cádiz en la capital de la provincia, que tenía como municipios "objetivo" por el motivo de la manifestación Cádiz, San Fernando, Chiclana de la Frontera, Puerto Real, El Puerto de Santa María y Rota. La población de dichos municipios es de 123.948 personas en Cádiz, 96.772 en San Fernando, 81.113 en Chiclana de la Frontera, 41.364 en Puerto Real, 89.068 en El Puerto de Santa María y 29.094 en Rota; lo que suma un total de 461.359 personas según el censo (datos de 2012). Si contamos conque la provincia tiene una tasa de desempleo del 39,79% (II Trimestre de 2013) [7] sobre un porcentaje de población activa (en edad de trabajar, en España de 16 a 67 años) del 59,2% a nivel de Andalucía* en el mismo trimestre del año [8]; nos da un total de 273.125 personas en edad de trabajar y 108.676 parados sólo en la Bahía de Cádiz (esos 6 municipios). Según los convocantes de la manifestación de ayer, acudimos 6.500 personas, lo que supone un triste 2,37% de toda la población activa de la Bahía de Cádiz y, si hipotéticamente todos los que hubiéramos ido fuéramos parados, un 5,98% respectivamente. A eso, sumemos que el Diario de Cádiz ha decidido obviar la manifestación como si no hubiera existido: si no sale en los medios, no existe.
¿Es que nadie quiere trabajo en esta provincia, aquella con uno de los índices de paro más altos de Europa [9]? Obviamente no. Pero entonces, ¿por qué la gente no acude a las manifestaciones por algo tan vital como es el sustento de ellos y de sus familias?
Los motivos pueden ser varios para no acudir a una manifestación, y en este punto quiero volver al panorama nacional:
- "La gente se ha convencido poco a poco (ayudada por la propaganda mediática) de que las manifestaciones sirven de poco o nada" y otro tipo de excusas.
- "La economía sumergida evita la sublevación popular porque contiene el malestar económico".
- "Tengo miedo de que la manifestación vaya a acabar violentamente" o "no quiero mezclarme con violentos".
- "No estoy de acuerdo con algunas o muchas de las reivindicaciones de la manifestación" o "no quiero mezclarme con tal sindicato, organización, partido, etc."
- "El método no me parece el correcto, habría que hacer otra cosa".
En resumen, creo que esas son las principales excusas para no acudir a una manifestación y es el deber de los que asistimos a ellas y, por lo tanto, creemos en ellas; convencer a la gente de que participe.
Vayamos, otra vez, punto por punto, para desmontar tales excusas.
Hasta cierto punto, es lógico el descontento de la gente. Pese a la gran cantidad de manifestaciones que se han celebrado desde el 15 de mayo de 2011 (36.000 sólo en el primer año de gobierno de Rajoy [10, 11]), nada ha hecho variar el rumbo económico e ideológico del gobierno Popular; como máximo, ha detenido la aparición de la Ley Wert [12]. El Gobierno se blinda en la "legitimidad de las urnas" para gobernar a placer desde la mayoría absoluta, pese al malestar de la población y a no haber cumplido ni uno solo de los puntos de su programa.
Sin embargo, como he expuesto anteriormente en ese pequeño estudio estadístico, la cantidad de personas que participan en las manifestaciones se puede considerar como "sensiblemente baja", teniendo en cuenta que el nivel de participación en Madrid o Barcelona (p. ej.) es mucho mayor que en otras capitales, ciudades o pueblos, aunque no proporcionalmente. Como ejemplo, la manifestación "25-S: Rodea el Congreso" tuvo una capacidad de convocatoria en Madrid de 6.000 personas según Delegación de Gobierno y de 27.000 (sólo en la plaza de Neptuno) según los convocantes [13] . Ambas cifras suponen aproximadamente un 0,19% y un 0,83% de la población total de la capital madrileña respectivamente.
Como vemos un porcentaje muy muy bajo si realmente queremos hacer presión social. Entonces, si las manifestaciones no funcionan, posiblemente no es porque no lo hagan "per se", si no porque, por culpa de diversas excusas y motivos, no acuden las suficientes personas. A la vista está, que acciones para las que se necesitan una menor cantidad de personas, como son las emprendidas por la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH), evitando y deteniendo los desahucios, vemos cada día que funcionan de una manera asombrosa. Es el camino, sólo necesitamos más participación para llevar a cabo proyectos más ambiciosos.
Debemos convencer a la población de que participe en ellas, porque sí que han tenido efecto demostrado a lo largo de la historia, como las mejoras que ha conseguido la lucha obrera a lo largo de 150 años de historia (vacaciones, jornadas de 8 horas, mejores remuneraciones, etc...) [14, 15, 16] y que hemos podido disfrutar en Occidente hasta ahora. Fruto de la lucha y del esfuerzo, no de la inmovilidad y del miedo. En Internet he encontrado una guía muy interesante en un blog para ayudarnos a convencer a la gente a participar más activamente [17].
Es cierto que tenemos un país con un alto nivel de economía sumergida (19% del PIB en 2012) [18], el tercero de Europa Occidental, sin contar con actividades ilícitas como el tráfico de drogas (5.717 millones de euros anuales) [19]; y que gracias a ello se mantiene un alto porcentaje de la población. Pero no es la solución para un problema tan grave como la pobreza, que cada vez se agrava más en nuestro país, como ya me encargué de demostrar en mi artículo anterior "La esclavitud que se avecina", y sobre la cual nos vuelve a advertir Intermón Oxfam: para 2025 España podría tener 8 millones de pobres más [20].
La economía sumergida es sólo un parche para un agujero que hace aguas por todos lados, y que cada vez va a más. No podemos soportar una crisis tan larga y pronunciada como esta únicamente a base de este tipo de actividades: bien porque con la caída de la economía real la sumergida perderá pie donde apoyarse, bien porque se acabarán saturando los mercados sumergidos o, lo más probable, bien porque el Gobierno acabará implantando severos controles contra estas actividades para afrontar el déficit a petición de Europa [18].
A eso se añade la dificultad de convencer a nadie de pagar impuestos teniendo los corruptos que tenemos en la política y las enormes cantidades que defrauda el gran capital, incluidos los malditos bancos que han sido y están siendo rescatados con nuestro dinero, y que ya nos han dicho que no vamos a recuperar en su gran mayoría.
Aún así, debemos mirar a largo plazo, y ninguna de estas actividades nos asegura derechos laborales o pensiones en un futuro.
Repito, es un parche momentáneo, pero no va a arreglar la situación, y también hay que convencer de ello a la gente.
Es falso, rotundamente, que las manifestaciones sean violentas; de hecho, sólo las más grandes en Madrid o Barcelona han acabado con altercados e, insisto, la mayoría de las veces ha sido por iniciativa de la propia policía; recordemos el brutal desalojo en la plaza de Cataluña en Barcelona el 27 de mayo de 2011[21] cuando la gente estaba sentada pacíficamente, porque al día siguiente jugaba el F.C. Barcelona la final de la UEFA Champions League [22] y es allí dónde el club blaugrana celebra sus títulos [23].
De hecho, si comparamos las manifestaciones y convocatorias de nuestro país con las de otros como Grecia [24, 25, 26], Turquía [27, 28] y Brasil [29, 30]; se pone de manifiesto que estamos entre los más pacíficos en temas de protesta ciudadana.
Otro de los eslabones débiles de la izquierda es la ya archiconocida fragmentación del espectro político. Hay multitud de apelativos entre nosotros para categorizarnos: comunistas, anarquistas, socialdemócratas, ecologistas, etc... además de nuevas organizaciones, movimientos e ideologías que brotan de la situación actual como los que abogan por la democracia directa, la Economía del Bien Común y demás. E incluso dentro de cada espectro de la izquierda hay facciones que se señalan entre ellas con términos muchas veces, si no despectivos, de desaprobación: "verdadera izquierda", "revisionista", "trosko", "perroflautas", "estalinistas", "anarcosindicalistas", "anarcocomunistas", "mutualistas", "individualistas", "progres" y un infinito etcétera.
Y, si les digo, la verdad. A la gente común, al ciudadano de a pie que no conoce apenas nada de la historia de la izquierda (que por desgracia son muchos), le importa un carajo (permítanme ser soez).
Lo único que ven es a un montón de personas divididas en conflictos internos, en vez de plantearles soluciones reales a sus problemas.
Es fácil, tenemos un objetivo, un enemigo común: la miseria humana, la desigualdad, la pobreza y el que las genera, el capitalismo. Por supuesto, lo difícil es el "cómo", pero ya tenemos un objetivo común que nos recuerde que tenemos que permanecer fuertes contra él.
Todo el que no pretenda dar una solución eficaz y a largo plazo a este problema debe ser señalado, pues no podemos olvidar lo que ha hecho el PSOE (desahucios exprés, reforma del artículo 135 de la Constitución y sus propios recortes), por ejemplo; ni perdonarlo sin que plantee un auténtico y verdadero propósito de enmienda (lo cual, sinceramente, lo veo muy difícil).
Y todo el que se una a este lucha es necesario, hoy día quizás más que nunca.
Y he aquí por último la parte más delicada, la manera de manifestarse, la manera de luchar. Hay quien defiende a ultranza que debemos evitar la violencia por todos los medios y hay quien por lo contrario plantea que debemos iniciar una "guerra total" contra el Gobierno, el Estado y el Sistema.
No seré yo quien dé lecciones con respecto a este tema, cuando ya escribieron sobre él grandes mentes como Marx y Engel, e hicieron efectivas sus tácticas y otras como Lenin, el Ché, Castro, Stalin, Mao, Mandela, los sindicalistas de mayo del 1886, los mineros de España y Reino Unido, los estudiantes de mayo del 68, el propio 15M y un sin fin de luchadores y luchadoras a los cuales les pido que perdonen mi desconocimiento y mi olvido; pero me permitiré dar mi opinión y mi visión.
Al igual que pienso que nos debemos unir todos los individuos que deseamos una solución efectiva, radical y a largo plazo a los problemas, no sólo de la crisis, si no del sistema; creo que todos los métodos de lucha son válidos y eficaces en sus determinados momentos (y en este punto deseo agradecer su visión y su diálogo a Francisco Collantes).
Exponiéndolos de forma progresiva en orden ascendente de implicación e impacto, tanto los procesos de concienciación vía redes sociales o personales, recomendaciones de literatura, acampadas y batukadas, ocupaciones de fincas, edificios vacíos o gubernamentales; hasta las barricadas, pedradas y cócteles molotov son necesarios en algún momento de las luchas sociales. Pero debemos ser cautos y precavidos, pues no hay lucha en nombre del pueblo que se pueda ganar si éste no está convencido.
Debemos entender que la violencia no es deseable, que la violencia es uno de los horrores contra los que los seres humanos debemos luchar, pero también debemos entender que hay muchos tipos de violencia y que todos debemos luchar contra todos los tipos de violencia. Y sin embargo, ningún medio convencional nos tildarán de violentos los desahucios, los suicidios, la incipiente pobreza, el hambre, la desigualdad, la represión policial, la inestabilidad laboral, los despidos improcedentes, la pérdida de derechos sociales, que la gente deba pagar una sanidad que era gratuita, la pérdida de la esperanza de vida, el aumento de la mortandad, el exilio de los jóvenes... La violencia de la clase dominante y de sus lacayos, los políticos, está totalmente aceptada. Y es la más intolerable de todas.
Otra cosa que debemos entender es que las manifestaciones y otros fenómenos de revuelta social son síntomas, como los de una enfermedad. Primero destemplanza, luego dolor de garganta, luego fiebre y placas... si no lo detenemos todos sabemos como acaba esto. Y los medios nos dicen "¡Hay que ver que fiebres tan virulentas!", "¡Qué tos tan desagradable!"... y absolutamente nadie se da cuenta de que son mecanismos por los cuales el cuerpo combate la infección que lo está destruyendo.
Así que lo primero es dejar claro cuál es el objetivo, darnos a conocer y presentarlo, convencer a la gente de que nuestra lucha no es otra si no la suya, movilizar a cada vez más personas y plantar auténticas manifestaciones multitudinarias que hagan temblar al Gobierno.
Lo único que se me ocurre que harán contra eso es lo que hacen siempre: violencia estatal. Y nos opondremos, de forma pacífica al principio como se está haciendo, pero al final, al menos que algún día entre algún partido en el gobierno que de verdad se preocupe por la ciudadanía y por fin se ponga a su servicio; quizás tengamos que responder a sus agresiones.
Porque tenemos que ser conscientes de que esto va más allá de los políticos, va contra las élites económicas de este país y de Europa que rigen la auténtica política, la económica, con puño de hierro, mediante la dictadura de los mercados. Y que jamás nos van a dar sin luchar lo que poseen: los medios de producción. Las empresas energéticas, los bancos, las grandes industrias... esos son nuestros objetivos, porque un país y un pueblo sin independencia económica jamás serán libres.
Pero nos urge iniciar esta lucha, porque el reloj va en nuestra contra. Cada vez la crisis se agrava más, la pobreza y la desigualdad se acentúan y pronto se volverán abismos insalvables; y lo que podría salvar a una población pobre, que es la cultura y la educación, cada vez son más inaccesibles y de peor calidad.
Sin embargo, a ellos esta lucha de desgaste les favorece: al fin y al cabo poseen los medios de producción como ya he dicho y la globalización mundial del capital les permite recolocar sus recursos y su dinero donde les apetezca (como la deslocalización de empresas o la fuga de capitales a paraísos fiscales).
No podemos permitir este ritmo de grandes manifestaciones o huelgas generales de 24 horas cada 6 meses o un año; deben ser continuas y, preferiblemente, indefinidas.
Habrá a quién le parezca radical o imposible pero, díganme, ¿cuánto más hemos de perder para que perdamos también el miedo?
No podemos posponer mucho más la lucha, en cada uno de sus frentes (sobretodo el intelectual), porque podemos perder mucho en el camino.
Como diría aquél: "Paz entre los pueblos, guerra entre las clases". Ánimo compañeros.
*He utilizado el porcentaje de población activa de la Comunidad Autónoma a falta del provincial.
[1] El Mundo. "'Que soy compañero, ¡coño!'" - http://www.elmundo.es/elmundo/2012/09/26/espana/1348669025.html
[2] La Información. "25A: dos policías infiltrados en la manifestación ante el Congreso, perseguidos por los manifestantes" - http://noticias.lainformacion.com/asuntos-sociales/25a-dos-policias-infiltrados-en-la-manifestacion-ante-el-congreso-perseguidos-por-los-manifestantes_tA49VqmOKKqmuKkiGtDYl6/
[3] Tercera Información. "Policías infiltrados para reventar el 25S" - http://www.tercerainformacion.es/spip.php?article41808
[4] Youtube. "Infiltrados de la Policia con Banderas Rojas y Negras los culpables !!" -
http://www.youtube.com/watch?v=RN8Pkv4uH2g[5] La Cebolla.es. "Los policías infiltrados de la “bandera roja”" - http://lacebolla.es/?p=7160[6] Público."Ya sé que el Gobierno lo niega, pero sí que tenemos infiltrados" - http://www.publico.es/442995/ya-se-que-el-gobierno-lo-niega-pero-si-que-tenemos-infiltrados
[7] Classora. "Tasa de Paro en las Provincias de España, según la EPA (Junio 2013)" - http://es.classora.com/reports/k372149/tasa-de-paro-en-las-provincias-de-espana-segun-la-epa
[8] Junta de Andalucía, Instituto de Estadística y Cartografía. "Nota de Prensa: Encuesta de Población Activa. Segundo trimestre de 2013" - http://www.juntadeandalucia.es/institutodeestadisticaycartografia/NotasDePrensa/pdf/EPANotaprensa.pdf[9] El Mundo. "Cádiz, líder del desempleo en Europa y sin soluciones" - http://www.elmundo.es/elmundo/2013/01/25/andalucia/1359137041.html
[10] lavozdebarcelona.com. "En España se celebraron 23.248 manifestaciones solo en 2011" - http://www.vozbcn.com/2012/06/27/118695/2011-peticiones-manifestaciones-espana/
[11] Europa Press. "Primer año de Gobierno de Rajoy: Más de 36.000 manifestaciones y concentraciones" - http://www.europapress.es/nacional/noticia-primer-ano-gobierno-rajoy-mas-36000-manifestaciones-concentraciones-20130112120312.html#AqZ1HVhjhqNLK6nB
[12] eldiario.es. "El Gobierno aplaza la ley Wert para evitar otro estallido social" - http://www.eldiario.es/sociedad/Gobierno-Wert-evitar-estallido-social_0_130537794.html
[13] #15Mpedia. "Ocupa el Congreso" - http://wiki.15m.cc/wiki/Ocupa_el_Congreso#cite_note-15