jueves, 4 de diciembre de 2014

La democracia capitalista: mercado, control y exclusión.

Imaginen por un momento, que contratan a un albañil (o a una albañil) para que reforme su casa al completo. Su contrato se basa en una declaración de intenciones que no necesariamente responde a sus necesidades reales y que se compromete a cumplir en un plazo dado de tiempo. 

Ustedes le van pagando periódicamente, pese a que ven que no hay progreso alguno e, incluso, algún que otro destrozo. Cuando acaba el periodo de tiempo acordado, el (o la) albañil se va sin tener que rendir ningún tipo de cuentas y sin devolver ni un céntimo por no haber hecho el trabajo; y, entonces, su única solución consiste en... buscar a otra persona con el mismo tipo de condiciones. 

Así, de forma muy resumida, muy escueta y muy ibañesca (el sujeto en cuestión podría ser Pepe Gotera y Otilio); se desarrolla la política en nuestro país, este es el punto en el que nos encontramos ahora. Es fácil refutar un ejemplo tan tonto, lo sé. Basta con decir que imaginemos que nuestros políticos estuvieran a la altura. Pero incluso con los políticos burgueses más honrados seguiríamos perdidos.

La democracia liberal capitalista, que es la que conocemos hoy día y la que hemos intentado exportar como mejor forma de gobierno a todo el mundo (aunque fuera a costa de invadir violentamente otros países); consiste en la disputa del poder político por parte de un amplio espectro de partidos que representan, al menos formalmente, a determinados sectores de la población mediante unas elecciones.

Este sistema posee unas cualidades muy peligrosas y que comportan unas consecuencias de las que no somos conscientes. 


La primera cualidad es que, aunque no lo veamos generalmente así, los partidos políticos son, realmente, empresas privadas. Empresas que se presentan a concurso público (campaña y elecciones) para gestionar los recursos públicos. 

Sin embargo, son empresas con enormes privilegios: financiación por parte del Estado y de capitales privados anónimos (en España a través de sus fundaciones), control y gestión de los recursos públicos, incluyendo su venta si lo estiman necesario; y, quizás lo más importante, el control de las fuerzas coactivas del Estado, el ejército y la policía.

Si bien la financiación por parte del Estado tiene la condición de que ésta es para velar por la independencia de los cargos políticos, ésta estalla ante la evidencia. En Estados Unidos la financiación pública es marginal porque los políticos, sus campañas y sus partidos son ampliamente financiados por las empresas privadas (que financian a ambos, para asegurarse ganar) y después tienen las puertas-giratorias abiertas de par en par. En España existen leyes que sirven para regular estas prácticas pero, o se han mostrado insuficientes, o se han quebrantado. Aún así, supongamos un marco perfecto en el que, mientras que se hace una carrera política, nadie recibiera financiación privada. 

Un partido, per se, es una entidad compuesta por un colectivo que se asocia en privado para llevar a cabo una actividad y que van a recibir una remuneración económica por ello. El partido es propiedad de sus militantes y de sus dirigentes, al modo que una sociedad anónima posee accionistas y un comité de empresa, tan solo que en este caso el accionariado no recibe ningún tipo de dividendos. 

Así pues, la democracia liberal capitalista lleva implícita el mensaje de la gestión privada de los recursos, de la privatización de los espacios comunes. Delegamos el poder político, formalmente del pueblo, en unos gestores privados contratados para ello. 

Además, la forma de desarrollar la política lleva implícito una lógica capitalista de mercados: hay que competir atrozmente por unos consumidores a los que les quieres vender tu producto, sin un auténtico y real diálogo entre las necesidades de éstos con los vendedores que, como cualquier mercachifle, te intentan vender su producto convenciéndote a través del marketing y destrozando a la competencia.

De esta manera, no es descabellado pensar que, la actual corriente neoliberal que está privatizando directamente los bienes comunes para que las empresas dispongan de ellos en beneficio propio; es la lógica respuesta del mercado, eliminando una serie de intermediarios que se están volviendo molestos algunas veces para las empresas, pues los gobiernos socialdemócratas o progresistas en muchas ocasiones han tenido que defender lo público para mantener las formas; y totalmente innecesarios ante los ojos de una parte de la ciudadanía, que ve como ningún partido o dirigente defiende sus intereses. El resto de la población está lo suficientemente alienada como para no plantearse estas cuestiones, pero también lo estará para aceptar las nuevas dinámicas que imponga el mercado y la burguesía en nombre de la eficacia o de la salvación del sistema.


Segunda cualidad, la forma parlamentaria representativa. Todas las personas de un país o de cualquier territorio en mayor o menor escala, delegan voluntariamente su voluntad (valga la redundancia aquí) y su capacidad de decisión sobre los asuntos políticos en un número muy reducido de personas. Y no hay mayor acto de desmovilización política que ese. 

Para explicar este caso concreto, recurramos al claro caso nacional. 

Con la Crisis de 2008 se produjo la enorme pérdida de confianza en la política que hemos estado arrastrando hasta prácticamente 2014. Debido a ello, se produjo la aparición del 15M, que supuso el mayor experimento democrático y de participación ciudadana que hemos tenido hasta la fecha: gente de todo tipo reuniéndose en las plazas, debatiendo los problemas corrientes de la vida diaria; el surgimiento de las mareas, como forma de protesta y movilización de sectores completos de la población; y, lo más importante, el pensamiento colectivo de miles de personas intentando imaginar y crear otro mundo y otro país posible.

El 15M tuvo un único problema, el mismo con el que nació y que le acabó matando: no tenían un planteamiento político destinado a la toma del poder. Querían "Cambiar el mundo sin tomar el poder",  como diría John Holloway. 

De este escenario de gente concienciada y movilizada pero sin un objetivo estratégico concreto surge PODEMOS. El partido de Pablo Iglesias (y al que pertenezco y participo), consigue aglutinar el descontento social fetichizando el problema en "la Casta", un conjunto de individuos que se han estado lucrando de la política y gobernando en contra del pueblo. Sin embargo, el surgimiento de PODEMOS ha tenido una enorme contrapartida a nivel social: si en Madrid, entre el 1 de enero y el 31 de mayo de 2013, hubo 2209 manifestaciones; en 2014 han bajado a 1406 para el mismo periodo [1].

La gente, ante la esperanza de cambio, ante una nueva esperanza de tener a alguien sobre quién delegar su voto, su voluntad y sus responsabilidades políticas; ha decidido dejar de ejercer el poder político por sí misma.

Esto nos demuestra, como plantea Zizek [2], que "lo que consideramos como "la crisis de la democracia" se produce no cuando la gente deja de confiar en su propio poder, sino, por el contrario, cuando deja de confiar en las élites, en aquellos que se supone que saben por ella y proporcionan las líneas de actuación, cuando la gente experimenta la ansiedad que acompaña al reconocimiento de que "el (verdadero) trono está vacío", de que la decisión ahora es realmente suya".

Así, en palabras de Trotsky [3], la democracia parlamentaria no entrega el poder al pueblo, sino que "pasiviza a las masas, dejando la iniciativa en manos del aparato de poder del Estado (a diferencia de los "sóviets", en los que la clase obrera se moviliza directamente y ejerce el poder)".


Tercera y última cualidad de la democracia parlamentaria burguesa: la exclusión de ciertas partes de la sociedad.

Primeramente, como hemos desarrollado antes, la lógica de la democracia burguesa como mercado ya te obliga a trabajar en ciertas mecánicas, interiorizando mensajes y conceptos como la competitividad y la venta del programa como un producto. Esta aceptación inconsciente desplaza otras formas de plantear y hacer política en nombre de la victoria.

Después, a colación de la desmotivación y la pasivización de la ciudadanía, la gente que no va a votar no se ve representada; además de la que ejerce su derecho y tampoco siente que ningún partido satisfaga sus inquietudes. Estamos hablando de un porcentaje importantísimo de la población y que no es solo característico de nuestro país.

Fuente: elaboración propia a partir de datos de las referencias [4-12].


Contemplamos como, por diversos motivos que abarcan desde el descontento, la dejadez, la falta de identificación con un color político determinado, el desconocimiento de los programas o candidatos o, directamente, la creencia de que votar no vale para nada; las cuotas de participación implican que entre un 25% de la población de nuestro país y hasta más de un 50 o casi en la Unión Europea y Estados Unidos se queda sin representación. La exclusión del entorno político está servida.

Sin embargo, participar tampoco garantiza que tu opinión, delegada a partir del voto, vaya a tener representación efectiva.
Si analizamos la composición de la Cámara del Congreso, el Partido Popular (PP) posee 186 escaños de 350, mayoría absoluta con un porcentaje del 53,14% sobre el total. Esta mayoría absoluta en el órgano de representación se consigue con 10,86 millones de votos, un 44,63% del total de votos emitidos, pero solo un 30,43% de personas con posibilidad de votar. De esta manera, una minoría impone su voluntad al resto de la población; cosa aún más desilusionante teniendo en cuenta que ni siquiera queda garantizado que sus representantes vayan a cumplir con el programa prometido (como se está comprobando de forma evidente).

Los partidos, de esta manera, no buscan la cooperación en los órganos de representación, sino competir por mayorías absolutas para imponer su criterio. Pese a todo, imaginando una situación de gobierno en coalición, seguiría sin representar al conjunto total de votantes y, mucho menos, de las personas no votantes.

De esta manera se produce una triple exclusión: 

  • a nivel conductual (se debe competir para ganar, otras formas de hacer política no son posibles debido a las reglas establecidas del juego); 
  • distinguiendo entre participantes y no participantes (con, además, el chantaje subyacente de "tienes derecho a votar, sino lo haces es porque no quieres", culpabilizando a quien no haya opciones); 
  • y entre grupos concretos de la población que imponen sus criterios al resto a través de sus partidos (poseyendo de manera privada las ideas políticas y a sus representantes); sin diálogo real entre estos grupos.

Sin embargo, esta democracia liberal burguesa parece que se está socavando a sí misma, como hemos señalado antes, por dos factores: al Mercado le puede terminar molestando esta forma de hacer política (que no el Estado) y la gente está cada vez más descontenta con este sistema.

De hecho, ya estamos viendo respuestas del capital, las dos más importantes son las del capitalismo asiático (un partido/Estado autoritario e inflexible con la población que asegura el marco jurídico y económico para las empresas, aunque se está trasladando a Europa en figuras como las de Putin, Zarkozy, Berlusconi y la extrema derecha emergente); y las de los tecnócratas, figuras que se erigen como gestores eficaces que toman las decisiones en base a los datos y no a cuestiones ideológicas (sin embargo, como sabemos, el "sentido común" no es sino el de la ideología dominante, la Ciencia no es imparcial en contra de la creencia positivista y no hay mayor acto ideológico o de fe que negar la propia ideología).


Así, quienes queremos un auténtico cambio social, no podemos contentarnos con tomar el poder a través de los mecanismos dispuestos por el Estado burgués, puesto que entramos en mecánicas y lógicas capitalistas sin darnos cuenta y nos vamos a relacionar con la población en estas condiciones sino planteamos nuevos marcos de interacción.

De esta manera, es vital actuar sobre las características que hemos ido numerando, a saber: la característica privada de los partidos, la competitividad, la representación y la exclusión.

La propuesta es clara, debemos ser capaces de:
  • articular un partido en el que verter todas las opiniones y los pareceres de la población (eliminando su privacidad y la exclusión), 
  • en el que las figuras de representación (ahora mismo obligatorias), sirvan como meras transmisoras de esas posturas que les lleguen a través de mecanismos de participación directa (democracia líquida); 
  • ir abogando por órganos que solo se rijan por la democracia directa y participativa (asambleas barriales, presupuestos participativos, etc...), 
  • abandonar los procesos competitivos electorales, optando por los sorteos, la única democracia radical y real que impide la profesionalización y la burocratización;
  • crear espacios de deliberación, físicos y virtuales, que con las herramientas que la tecnología nos brinda es más que posible (haciendo válida la premisa marxista de que cada sistema crea las herramientas para socavarse y destruirse); 
  • y actuar, siempre que sea posible, a través de acuerdos y consensos; enseñar a elegir prioridades y a hacer concesiones.
Muchas personas, haciendo más que válido el concepto de "inteligencia colectiva" contra el paradigma de la "propiedad intelectual privada"; han apuntado en muchos sentidos a varios de estos requisitos: Democracia 4.0, las asambleas de 15M, presupuestos participativos como los que plantean y realizan desde hace mucho tiempo en decenas de localidades, las asambleas sindicales, las pinceladas hacia el sorteo que apoyamos desde Sumando Podemos, etc... Lo que falta es terminar de articularlas en un solo proyecto que lo aúne todo.

Debemos entablar una relación sólida y directa entre el partido y la sociedad, contando siempre conque ésta en algún momento será superior al marco que establezca el primero y que habrá que dejar, con alegría y orgullo, que tome su propio camino.



                                                                                                                            


[1] "Las manifestaciones comienzan a descender a los niveles previos a la victoria de Rajoy" - http://www.elconfidencial.com/espana/2014-06-30/las-manifestaciones-comienzan-a-descender-a-los-niveles-previos-a-la-victoria-de-rajoy_152378/#
[2] "Primero como tragedia, después como farsa" - Slavoj Zizek, ed. castellana, Madrid, Akal, 2011.
[3] "Terrorismo y comunismo" - León Trotsky, ed. castellana, Madrid, Akal, 2009.
[4] "Elecciones generales de España de 2011" - http://es.wikipedia.org/wiki/Elecciones_generales_de_Espa%C3%B1a_de_2011
[5] "Elecciones generales de España de 2008" - http://es.wikipedia.org/wiki/Elecciones_generales_de_Espa%C3%B1a_de_2008
[6] "Elecciones generales de España de 2004" - http://es.wikipedia.org/wiki/Elecciones_generales_de_Espa%C3%B1a_de_2004
[7] "Elecciones generales de España de 2000" - http://es.wikipedia.org/wiki/Elecciones_generales_de_Espa%C3%B1a_de_2000
[8] "Elecciones presidenciales de Estados Unidos de 2012" - http://es.wikipedia.org/wiki/Elecciones_presidenciales_de_Estados_Unidos_de_2012
[9] "Elecciones presidenciales de Estados Unidos de 2008" - http://es.wikipedia.org/wiki/Elecciones_presidenciales_de_Estados_Unidos_de_2008
[10] "Elecciones presidenciales de Estados Unidos de 2004" - http://es.wikipedia.org/wiki/Elecciones_presidenciales_de_Estados_Unidos_de_2004
[11] "Elecciones presidenciales de Estados Unidos de 2000" - http://es.wikipedia.org/wiki/Elecciones_presidenciales_de_Estados_Unidos_de_2000
[12] "Elecciones al Parlamento Europeo" - http://es.wikipedia.org/wiki/Elecciones_al_Parlamento_Europeo


domingo, 30 de noviembre de 2014

La Independencia de Cataluña: Independencia para todos y todas

Ya en su día traté este tema, dando motivos y justificaciones por las que tomé determinadas posturas. Sin embargo, con el tiempo uno consigue nuevos datos, aprende cosas nuevas y realiza reflexiones que le obligan a adaptar las posturas manteniendo, por supuesto, la coherencia.

Hace dos semanas tuve la enorme suerte de conocer a Manolo Montero, gracias a un debate-coloquio que organizamos desde el Círculo de Chiclana de la Frontera; y el tema que tratamos fue las bases de proyecto municipalista democrático andaluz. Uno de los tantos puntos que tratamos fue la diferencia entre los conceptos "nación" y "estado", diferencia vital y que despertó en mi nuevas reflexiones que, a mi juicio, son interesantes de transmitir por escrito, aún habiéndolas expuesto ya en algún que otro debate.

La palabra "nación" evoca al hecho de "nacer", es decir, simplemente evoca al lugar al que uno pertenece y, por ende, le condiciona socio-culturalmente. La nación es natural, en tanto en cuanto que la "cultura", entendida como las señas identitarias de los colectivos humanos que permiten una relación coherente en un grupo; se genera de forma espontánea y diferenciada entre los distintos grupos. 

La palabra "estado" se refiere al marco legal y jurídico por el que se ordena un determinado territorio y las personas que en él habitan. Los Estados los crean y controlan los grupos dominantes de los diferentes territorios para mantener un control sobre sus intereses en ellos situados y sobre las personas que en ellos habitan.

El ejemplo más claro que muestra la diferencia abismal entre ambos términos es el caso de la invasión de un territorio por parte de una potencia extranjera: el nuevo territorio pasa a formar parte del Estado invasor, pero la gente de la tierra ocupada dista mucho de sentirse parte de esa nación opresora que, con el tiempo, le impondrá también sus señas y costumbres.

Sin embargo, como con todo, los términos no son objetivos y pueden utilizarse y poseerse para darles significados que favorezcan distintas posturas o a distintas personas.

Si bien el Estado en el Antiguo Régimen era claramente el territorio que poseían determinadas personas y sobre el que podían ejercer su voluntad ("El Estado soy yo" que diría Luis XIV); una vez que la burguesía se convierte en la nueva clase dominante y los ideales de la Ilustración toman lugar con la separación de poderes, el Estado moderno y contemporáneo toma nuevos roles. Según Ernest Mandel [1]: "La burguesía moderna no ha creado su máquina de Estado a partir de cero. Se ha contentado, a grandes rasgos, con tomar el aparato de Estado de la monarquía absoluta después de remodelarlo para hacer de él un instrumento que sirviera a sus intereses de clase." En este sentido, el Estado mantiene su función represora y su función de integración ideológica y, además, toma las nuevas funciones de crear el marco legal para asegurar las condiciones de la producción capitalista.

Un enorme error que comete mucha gente hoy día, muchos de forma intencionada y otros siguiendo la inercia de los primeros; es confundir y mezclar estos dos términos, de forma que dicha conexión pueda ser utilizada por el interés de unos pocos.

En el tema de la Independencia de Cataluña no es una excepción. El sentimiento "nacionalista" catalán se basa en un sentimiento sincero, alimentado por unas señas identitarias culturales propias que no han sido asimiladas por el resto de las naciones del Estado español (a diferencia de rasgos culturales andaluces como el flamenco, la "sevillana", etc...); y por una historia llena de represión y violencia por parte de los diferentes estados españoles: el asalto de los borbones a Cataluña el 11 de septiembre de 1714, con la consiguiente abolición de sus instituciones y libertades civiles; las continuas restauraciones borbónicas del siglo XIX que destruían los movimientos independentistas que surgían tras cada crisis política y territorial; la represión continua de los sentimientos nacionalistas por las dictaduras fascistas españolistas de Primo de Rivera y Francisco Franco y, actualmente, la continua negativa del Gobierno español a realizar un referéndum, un ejercicio de auténtica democracia.

Este sentimiento, sin embargo, está siendo utilizado por determinados sectores políticos catalanes (CiU, ERC) para crear una cortina de humo sobre las políticas de recortes anti-sociales que están aplicando, al igual que el resto de gobiernos autonómicos y el estatal; y, de alguna manera, señalarse como la única esperanza real para el independentismo, con tal de buscar la continuidad en el poder político. 

Esta utilización de un sentimiento nacionalista, natural y popular, por parte de la clase dominante es lógica dentro de las mecánicas en las relaciones que determina la economía y la ideología capitalista.

El capitalismo está consiguiendo, en palabras de Zizek, una "proletarización" de todos los elementos que conocemos en su sentido más radical. De esta manera, el "proletario" no es solo el trabajador al que se le priva del producto de su trabajo, sino que también se está proletarizando, por ejemplo, el medio ambiente (por generar beneficios se nos está privando de la naturaleza). En este caso, el sentimiento nacionalista no es una excepción.

Se nos priva de las señas culturales de nuestra tierra natal, para ser utilizado por un grupo de particulares para defender un Estado en el que tener un nuevo marco jurídico y legal en el que poder ejercer sus privilegios sin rendir cuentas al Estado al que pertenecen actualmente. Y es por esta inestabilidad y miedo a un nuevo marco legal por el que algunos empresarios catalanes se ha mostrado en contra de la Independencia y de la consulta (no sabemos que tipos impositivos tendría el nuevo Estado catalán y si pertenecería a la Unión Europea, con las ventajas que esto significa para ello).

Sin embargo, datos recientes hacen que cambie mi postura sobre el tema, porque anteriormente apoya la consulta, pero me mostraba en contra de la Independencia al, aparentemente, ser algo urdido por la burguesía catalana. 

Aparentemente, son las clases populares las que más apoyan la Independencia catalana y CiU cae vertiginosamente en las encuestas, lo que muestra que están siendo incapaces de capitalizar el sentimiento nacionalista y/o de enmascarar, con él, el austericidio al que están sometiendo a la ciudadanía. 

El proceso soberanista ha sido ejemplo de ilusión y participación ciudadana pues, ante la negativa y prohibición del 9N por parte del Gobierno español, ha sido el voluntariado el que ha conseguido que se celebrara un evento de tal calado, aún con los inconvenientes de que no contase con las garantías de un proceso controlado. El proceso soberanista, articulado de forma democrática, será una señal inequívoca de que, a través del movimiento ciudadano ejerciendo su voluntad, todo es posible.

Entonces, en esta coyuntura, es totalmente necesario que las izquierdas y las personas que defendemos los ideales de democracia y ruptura con un sistema que explota a las clases populares; apoyemos, motivemos y defendamos la escisión de la nación catalana con la nación española en un proceso constituyente que permita, a su vez, su ruptura con un modelo económico destructivo.

Esto es vital, no solo para Cataluña sino también para el resto de España, porque dicha ruptura motivaría, a su vez, la oportunidad de tener un Proceso Constituyente en el Estado español. Debemos romper radicalmente con el actual Estado para poder construir unos nuevos más acordes a las naciones y a la gente que las componen. 

Y es que, en ese sentido, los que nos consideramos internacional-socialistas tenemos que despejar todas las dudas: ser internacionalista significa que no queremos barreras ni fronteras y deseamos la unión de todos los pueblos, pero esta unión no puede ser a toda costa. La auténtica unión solo existe si somos libres en la decisión de asociarnos o no a otros y lo conseguimos en condiciones de Igualdad. Tenemos la responsabilidad de crear Estados que defiendan los intereses de las clases populares y que les devuelva sus señas culturales; Estado que podrán asociarse libremente y en igualdad de condiciones, sin verse subyugadas por un marco legal que las oprime.

Así que, pueblo de Cataluña, que continúe la lucha; estamos contigo.

lunes, 27 de octubre de 2014

Necesidad de una utopía

El texto que presento es el original que escribí para que el Círculo PODEMOS de Chiclana de la Frontera emitiera una nota de prensa para presentarse a la ciudadanía. 

Espero que lo disfrutéis:

NECESIDAD DE UNA UTOPÍA

"Según el famoso filósofo Slavoj Zizek: "Para mí la utopía política verdadera no es un sueño, es inventar una nueva forma de vida para poder sobrevivir. Así todas las utopías auténticas son, en ese sentido, un producto de la emergencia."

De esta manera, analizando nuestro país, se hace evidente que necesitamos una utopía más que nunca. La pobreza se ha disparado, habiendo incluso personas que son pobres pese a trabajar; el auténtico Hombre del Saco que es la malnutrición infantil acosa a 2 millones de niños, ese cuarto de la población activa que no encuentra trabajo, entre ellos jóvenes a los que no les dan una oportunidad y mayores de 55 años que pierden la esperanza de volver a trabajar y envejecer con tranquilidad; la impunidad de los políticos que roban y traicionan a sus propios ciudadanos y ni dimiten (porque para eso hace falta tener dignidad), ni les caen penas lo suficientemente contundentes como para escarmentar al próximo estafador; bancos rescatados con dinero público que no piensan devolver y que luego desahucian a familias y personas que no pueden afrontar la deuda contraída, pero que sí les pagaron a los primeros con sus impuestos; un cártel de compañías energéticas que no hacen si no subir y subir los precios sin importar el valor real de las energías y las necesidades de los ciudadanos; y una familia Real manchada hasta las cejas por escándalos de corrupción que ha intentado limpiarse cambiando de cara.

En definitiva, un país asolado por la pobreza. Y, aún peor, por la desesperanza. Porque no hay “brotes verdes”, ni “luz al final del túnel”, ni “vigorosas raíces”. Lo peor de estar perdido es no saber a dónde se va, ni si hay fin. 

Los continuos gobiernos de los partidos mayoritarios y sus cómplices nos han traído a esta situación y no saben (o no quieren) sacarnos de ella. Sus medidas se han demostrado interesadas que en cuanto que no han mejorado en absoluto la situación de la ciudadanía, pero sí la de sus amigos y señores; sin embargo, pretenden que nos las creamos como dogmas de fe, y por eso nos bombardean constantemente con ellas.

El día 25 de mayo sin embargo se produjo un hecho histórico: el bipartidismo no alcanzó ni el 50% de los votos y un partido con apenas 5 meses de vida logró un millón y medio de votos. PODEMOS irrumpió en el panorama político español arrasando.

¿Cuál es el secreto? Transparencia en vez de oscurantismo para evitar la corrupción, participación en vez de decisiones a puerta cerrada en despachos de banqueros y hablar el idioma de la calle: hablar del paro, de la pobreza, de la evidente podredumbre del sistema. 

Y esto es vital, porque trae algo mucho más importante a un país que se encuentra perdido. 

Trae esperanza, ilusión; que son otras de las características que suscita la palabra “utopía”.

PODEMOS nace de la emergencia que tiene la ciudadanía española por ser soberana y regir su destino, nace de la necesidad.

Y por eso, porque somos lo que el pueblo necesita para alzar su voz, sabemos que PODEMOS.

¡Sí, se puede!"

sábado, 25 de octubre de 2014

Con el capitalismo, ni Dios descansa los domingos

Este pasado domingo, tuvo lugar un acontecimiento nada extraordinario, si bien hasta que pasó no podía tener ni idea de lo interesante y útil que me iba a ser.

Estaba en casa, la cual es una pequeña vivienda con un terreno tan típica de Chiclana, y escuché fuera la campana de la entrada. Me sorprendió mucho, siendo domingo como ya he dicho, que hubiera algún reparto (como veis, no recibo demasiadas visitas en casa para que ésa fuera mi primera idea).

Y al abrir la puerta me encuentro a dos señoras y una niña, con "La Atalaya" en la mano, la revista de difusión de los Testigos de Jehová.

No voy a intentar reproducir la conversación aquí porque es lo menos importante. Solo diré que transcurrió en un tono cordial y respetuoso por ambas partes, cosa que se se agradece pese a las discrepancias; y, al final, me preguntaron si me podían dejar la revista y el suplemento que traía para que me lo leyera. Les dije que sí, nos despedimos y me fui para adentro.
Figura 1

La verdad es que lo que despertó la curiosidad en mí fue el artículo principal de la revista y sobre el que me estuvieron hablando y que versa así: "¿Acabará el hombre con la Tierra?" (Figura 1)


Una vez en casa, abrí la revista y comencé a leer.














Figura 2. "Pronto... desde 1879"

A parte de ciertas incongruencias "irónicas" que despertaron en mí una sonrisa nada más empezar (Figura 2); comencé con interés la lectura de dicho artículo. 

Cualquier ecologista podría estar de acuerdo con lo que ahí se defiende, un texto en pro de la defensa del planeta y de sus recursos, aunque quizás no con la solución: según ellos, Dios creo la Tierra para que la habitara "el hombre para siempre" (Isaías 45:18), pero que el ser humano la está destrozando. Pese a todo, Dios no permitirá que esto suceda porque el no cambia de opinión (es decir, dijo que el ser humano iba a habitar el planeta para siempre y así va a ser) y que pronto "causará la ruina de los que están arruinando la tierra" (Revelación 11:18).

Sería muy fácil terminar el texto con una crítica diciendo: "Así que no os preocupéis por reciclar y por buscar sistemas económicos alternativos, que ya Dios Todopoderoso se encargará de todo esto por nosotros." Pero aún hubo otra cosa que captó más mi interés.

El suplemento a "La Atalaya" se llama "¡Despertad!" y la portada de este mes (septiembre de 2014) versaba sobre "Cómo combatir el agotamiento" (Figura 3). 


Figura 3

Empecé a mirar dicho artículo también y para mí sorpresa era un artículo sobre el estrés y el cansancio; dándote esta serie de consejos: "Defina sus prioridades", "Simplifique su vida", "Aprenda a decir que no", "Renueve las energías". En ese momento caí en la cuenta que estaba ante un vulgar artículo de autoayuda "new age" que podría haber firmado cualquier gurú de la nueva medicina y de las terapias alternativas. Eso, junto con el artículo sobre ecologismo de la revista principal, hizo que me diera cuenta de algo que me sorprendió en un principio y, luego, según se iba asentando en mi cabeza, tenía todo el sentido del mundo.



Del mismo modo en que cualquier empresa cuando sufre una crisis de mercado tiene que, bien buscar nuevos potenciales clientes para sus productos o bien, renovar sus productos para abarcar un público más amplio; nos encontramos, de forma reveladora, que la religión no es una excepción.

El sistema económico feudal se legitima a través del "principio de autoridad", por el cual alguien posee la verdad en base a quién es per se, como cuando se hace caso a un académico solo por esta condición. Durante el Renacimiento se produjo el gran cisma de la Iglesia y las formas por la que mantuvieron a los fieles fueron la fuerza represora aplicada por los Estados que tomaron parte por uno u otro bando y no bajarse del burro, es decir, mantenerse inflexibles en que ellos defendían la Verdad y el otro bando eran unos herejes y unos apóstatas.

Hoy día no sucede esto. No es que el principio de autoridad haya desaparecido. No, ni mucho menos. La evidencia de esto son las hordas fanáticas que defienden posturas aberrantes porque se declaran fieles a unas u otras personas (partidos políticos, figuras públicas, equipos de fútbol, incluyan lo quieran...)

 El auténtico cambio ha venido de la mano del sistema económico y, con ello, del resto de la sociedad.

Mientras que en el sistema feudal lo más importante era ser dueño de la Verdad, el sistema económico capitalista rompe con ese monolítico peso, destruyendo a Dios y todos los valores inherentes al sistema anterior. Ése fue un gran paso que tuvo que dar la Humanidad para llegar a conquistar algunos de los Derechos sociales que tenemos ahora (derechos respetados porque no ponen en cuestión a la clase hegemónica, por ejemplo, el respeto a las diferentes orientaciones sexuales).

Sin embargo, una vez rota esa medida por la que se rige la sociedad se impone otra: el beneficio. Quién posee más beneficio es el que manda, porque posee más poder. Y no importa cómo se consiga este beneficio.

De esta manera, algunas religiones han comenzado movimientos "aperturistas" para captar nuevos fieles, porque ya no prima la Verdad, sino crear mercado, tener clientes.

Así se entiende perfectamente la nueva cara del Papa Francisco I, que Benedicto XVI decidiera "cerrar" el Limbo y la tolerancia hacia los "creyentes no-practicantes", que otrora hubieran sido tildados de herejes e incluso perseguidos. Y también pude comprender esta apertura a nuevos mercados, cuando la mayoría de las personas nos estamos preocupando por fin del ecologismo, de nuestra salud, etcétera...


Dios descansó el séptimo día, pero para el Capital eso sería perder una oportunidad de negocio.



P.D: Cabe excluir aquí a los movimientos fundamentalistas, que se siguen basando en el principio de autoridad y que son altamente reaccionarios, rechazando también al capitalismo (generalmente personificado en el odio a los Estados Unidos) y, en un principio, al socialismo. Recordemos que fue para combatir a éste por lo que nacieron los movimientos más radicales islámicos, fomentados y subvencionados por las potencias económicas occidentales.

Sin embargo, ni siquiera el ISIS se salva de la mancha del capitalismo, como bien explica Slavoj Zizek en este artículo (en inglés).

sábado, 8 de febrero de 2014

La independencia de Cataluña

El tema de la independencia de Cataluña es uno de los que más acapara la atención de los medios de comunicación nacionales y de los que más interés y opiniones despierta entre los ciudadanos. Sin embargo, suelen ser respuestas irreflexivas, más sujetas a los sentimientos que provocan los nacionalismos, que meditaciones en torno a la legitimidad democrática del derecho a decidir de los pueblos y, lo más importante de todo, sobre quienes resultan beneficiados con el debate y con los posibles resultados.

Mi forma de abordar el tema no es nueva, pues muchos autores de izquierdas, como Vicenç Navarro; ya lo han tratado con la conclusión, la cual comparto, de que este debate es de cara a la galería, porque al fin y al cabo ambas fuerzas políticas gobernantes (PP y CiU) y las no gobernantes con posturas similares (PSOE y UPyD, por un lado, y ERC por el otro) son partidos sometidos a los intereses del capital.

Si buscamos en la hemeroteca veremos sin esfuerzo que las políticas neoliberales y capitalistas impuestas desde Europa y dictadas por los poderes fácticos son cumplidas a rajatabla por estos gobiernos que en tanta enemistad parecen estar. Al señor Mas, que gobierna en el Parlament junto con ERC, no le ha temblado la mano a la hora de realizar brutales recortes en sanidad, educación y servicios sociales [1,2,3,4,5]; e incluso ha apoyado los recortes del gobierno de Rajoy en el parlamento nacional [6,7]. Creo que no hace falta decir que son las mismas políticas que lleva haciendo el PP a nivel nacional y autonómico en las comunidades que gobierna y que ya anteriormente hizo el PSOE.

Entonces, ¿a qué tanto alboroto? ¿A qué tanta supuesta enemistad? Pues el objetivo no es otro si no radicalizar los discursos en torno a este tema y recabar votos al dividir a los votantes: unos como la única alternativa para evitar la fractura de la nación y otros como la opción para acabar con la opresión del estado español.

Sin embargo, al nivel esencial, el económico; no va a significar ningún cambio para los ciudadanos, que van a seguir viéndose sometidos ante los poderes fácticos que gobiernan el mundo y que imponen sus intereses a través de organismos no gubernamentales (el Fondo Monetario Internacional y Banco Mundial) y de los distintos gobiernos de todo el mundo que velan por los intereses de sus amos.

Entonces, ¿qué opinar sobre el tema de la independencia catalana?

Mi opinión al respecto es, ante todo, personal, no busco el enfrentamiento con nadie, pero no me voy a cortar en expresar lo que pienso; si bien lo haré de una forma razonada.

En  cuanto al derecho a hacer un referéndum popular sobre el tema, estoy totalmente de acuerdo con el derecho a la consulta. No hay nada más democrático que una consulta directa a la población y en un estado como en el nuestro, supuestamente democrático (cada vez es más evidente que no); no debería haber ningún impedimento a este tipo de herramientas de expresión de la voluntad ciudadana. 

Con respecto a si habría que consultar a toda la población española (argumento muy esgrimido por los centralistas), mi respuesta al respecto es que no. Es el pueblo catalán el que desea independizarse, por unos u otros motivos, de otro estado, el español; al que no desea y del que quiere separarse. Es como si preguntáramos a los esclavistas si desean que los esclavos sean libres (quédense con la metáfora por favor, no hablamos del mismo nivel de opresión).

Y por último, ¿estoy de acuerdo con la independencia? Rotundamente no. Quizás resulte sorprendente a estas alturas del artículo, pero así es.

Si la independencia de los pueblos sirve para que estos se autodeterminen, no sólo de forma geográfica y cultural, si no económica, entonces no hay lugar a dudas. Pero en este caso, la secesión del Estado tan sólo sería útil para la burguesía catalana, que es la que ha tomado las riendas del proceso de independencia. No hay un partido de izquierdas revolucionario fuerte que esté aglutinando el voto, ni hay un partido independentista de izquierdas (ERC no cuenta, vean este vídeo de La Tuerka donde Joan Tardá lo deja bien claro en el minuto 53 [8]) que se enfrente al capitalismo directamente.

Una separación del estado supone una nueva frontera en un mundo globalizado donde los capitales tienen absoluta y total libertad de movimientos, pero que los ciudadanos nos vemos recluidos en territorios con unas condiciones de vida impuestas a conveniencia de la burguesía, en algunos mejor y en otras peor, para que el sistema funcione (tiene que haber productores y consumidores). 

Las fronteras a los únicos que favorecen son a los capitalistas, que pueden de esta manera disfrutar de las ventajas fiscales que diseñan los gobiernos para ellos y forzar reformas laborales beneficiosas a base de amenazar constantemente con deslocalizaciones. 

Las fronteras han de desaparecer, y digo esto como internacionalista convencido; la clase obrera ha de estar unida, como sí lo está la burguesía, que no hace si no insistir una y otra vez en dividirnos. 

Las fronteras han de disolverse, construyendo un estado federal que respete la cultura e identidad de los pueblos, pero levantando un proyecto común para todos ellos.
Entonces, y resumiendo, estoy totalmente con la consulta, como un derecho de los ciudadanos de Cataluña; y si saliera la independencia, adelante, aunque no esté de acuerdo con ella, no soy quién (ni nadie fuera del pueblo catalán) para imponer mi criterio. El respeto de la discrepancia es esencial para que la democracia sea efectiva.

Pero me permitiré repetir como colofón final esa máxima comunista:

"¡Ni guerra entre los pueblos, ni paz entre las clases!"





[1] Artur Mas anuncia más recortes en el sueldo de empleados públicos y subida de tasas en 2012 -http://www.rtve.es/noticias/20111122/artur-mas-anuncia-mas-recortes-sueldo-empleados-publicos-subida-tasas/477247.shtml
[2] Recortes de la Generalitat de Cataluña - http://elpais.com/tag/c/e00da59e61d87ccfc51ae831625bd77c
[3] Cataluña tendrá que recortar 2.500 millones con el nuevo objetivo de déficit - http://ccaa.elpais.com/ccaa/2013/07/31/catalunya/1375289879_245155.html
[4] ERC bendice los recortes de Mas -http://ccaa.elpais.com/ccaa/2013/03/14/catalunya/1363256759_156946.html 
[5] Nuevos recortes de CiU en Educación - http://www.eltriangle.eu/es/notices/2013/09/nuevos-recortes-de-ciu-en-educacion-846.php
[6] Artur Mas asegura que el apoyo de CIU a los recortes de Rajoy es un "depósito a plazo" -http://www.rtve.es/noticias/20120112/artur-mas-asegura-apoyo-ciu-recortes-rajoy-deposito-plazo/488990.shtml
[7] La pinza CiU PP permite la aprobación del medicamentazo y la tasa turística - http://www.diarioabierto.es/73690/la-pinza-ciu-pp-permite-la-aprobacion-del-medicamentazo-y-la-tasa-turistica
[8] La Tuerka - Elecciones en Cataluña 2012 - http://www.youtube.com/watch?v=RudkpEjgvSE